martes, 25 de mayo de 2010

Service de cerebros

Me he planteado seriamente la posibilidad de que, en ciertas circunstancias, mi cerebro esté escindido del resto de mi cuerpo, que entre ellos no exista conexión alguna. Hay una falla: algún nervio travieso se niega a enviarle al cuerpo las órdenes que le dicta el cerebro. No sé, no estudio medicina y estoy lejos de recordar las lecciones de anatomía que nos daban en la escuela. ¿Hay alguna posibilidad de que el circuito falle, de que los nervios transmisores se encaprichen y no quieran enviar el mensaje? Parece ser la única opción. Lo que llamamos mente, que solemos ubicar imaginariamente en el cerebro, sabe lo que quiere. También el cuerpo, que lo siente a flor de piel. Pero la comunicación fracasa y el mensaje se pierde. No hay acción ni reacción. O peor: acciones y reacciones totalmente contrarias a las que ordenaba el cerebro. A la boca llegan las palabras exactas para alcanzar el objetivo deseado, pero los labios no logran pronunciarlas. Sospecho que si no motivo un cambio para solucionar esta falta de comunicación entre “alma-cuerpo”, este circuito defectuoso me frustrará los sueños. Será cuestión de arreglar la conexión, ¿no? Estaré agradecida con aquel que me pase el número del Service de cerebros.