zurcan mi rostro y se deslizan por mi piel.
El dolor es intenso, las heridas profundas
destrozan mi corazón y me recuerdan el ayer.
Y apareciste una mañana de abril,
una luz de esperanza se encendió en mi interior.
Las ilusiones brotaron en mi alma al fin,
tu calor secó mis penas y alivió el dolor.
Pero me destruyes nuevamente,
me desgarras, me derrumbas.
Te fuiste con el viento... suave, despacito...
y yo lucho con mi soledad, mientras me marchito.
Juls
diciembre de 2006